Vida
Santa y Doctora de la Iglesia, Hildegarda de Bingen, nació en 1098, Bermersheim cerca de Maguncia, en el Valle del Rin, Alemania. Como décima hija, sus padres la ofrecieron como diezmo al servicio de Dios, lo que a día de hoy es la preparación de una oblata, posteriormente fue consagrada a la vida monástica. De hecho, a sus 8 años de edad, se entrega a Jutta (familia de los condes de Spannheim) a su cuidado e instrucción religiosa. Comenzaron en una pequeña casa junto al monasterio benedictino de Disibodenberg, que más tarde, mediante la fama de santidad de ambas, favoreció a que muchas familias ingresaran a sus hijas, lo que llevó a convertirse en un convento benedictino dependiente de la rama masculina anexa. Hildegarda, comenzó con sus visiones a los 3 años de edad, que la acompañarían durante toda su vida, aunque en un principio solamente las compartió con su instructora Jutta. A los 15 años de edad, ya profesaba en el monacato como monja, hasta ser nombrada Abadesa tras la muerte de su admirada Jutta. Años mas tarde, ante el importante crecimiento de nuevas vocaciones, se independiza en contra de la voluntad del Monasterio de Disibodenberg y así, surge y funda el primer monasterio autónomo de monjas benedictinas, el convento de Rupertsberg, donde Hildegarda escoge al monje Wolmar, su director espiritual y buen latinista, como secretario en la redacción de sus visiones y numerosos escritos, quien le acompañaría hasta su muerte en 1173.
En la actualidad sus restos se conserva en un Relicario en la Parroquia de Eibingen donde acuden y peregrinan a venerarle, numerosos fieles de todo el mundo. Su Onomástica se celebra el 17 de septiembre, día en que se transforma en una hermosa y celebrada fiesta local.
** FOTOS DEL RELICARIO Y DE LA PARROQUIA **
Obras
Después de casi 42 años, momento en que a la Abadesa del Rin se le indica dar a conocer y proclamar todo cuanto había recibido y recibiría, comienza una gigantesca obra compuesta y agrupada en tres libros importantes, y varias recopilaciones posteriores sobre: música, cartas, sermones y otros documentos de la época.
Su primera obra le llevó 10 años, desde 1141 a 1151, fue «Scivias o Scito Vias Domini«: Conoce los caminos que llevan al Señor. Entonces, una muestra de ella nos dice: “Los fieles edifican buenas obras en las cuatro partes del mundo”. ‘’Sobre este monte se alzaba un edificio cuadrangular, a semejanza de una ciudadela de cuatro esquinas: la bondad del Padre edifica buenas obras sobre la fe, reúne muchos fieles de los cuatro ángulos y los atrae hacia lo celestial para que, afianzados en la firmeza de la virtud, el Padre Supremo los coloque benignamente en Su seno, en Su secreta potestad y místico designio, con los cuatro fundamentos de la Fe. ¿CÓMO? ….’’ (2º Visión, El Edificio de la Salvación, 3P).
Posteriormente desarrolla una serie de libros recopilados en uno, que más adelante se dividiría en dos, «Physica» o libro de Medicina Sencilla y «Causae et Curae« o libro de Medicina Compleja. En Physica nos explica sobre “Ciertas plantas crecen del aire…. son ligeras de digerir…. y producen felicidad a quienes las comen…. las plantas que crecen del viento…. son secas y pesadas de digerir…. y vuelven melancólico y triste a quien las consumen…. todas las plantas son calientes o frías y se desarrollan como tal. En efecto, el calor de las plantas representa el alma, y el frío representa el cuerpo: según su naturaleza prosperan cuando hay abundancia de calor o frío. Si todas las plantas fueran calientes y ninguna fría, harían daño a los que las utilizan… y viceversa…. porque las calientes se oponen al frío del hombre y las frías a su calor ….’’ (P,LI). Del mismo modo, santa Hildegarda nos descubre en las aves, en los peces y en los animales de diferentes naturalezas como buenas y útiles, para todos los hombres o para algunos en determinadas circunstancias y tiempos, es decir, como remedios o como venenos que nos dañan. Al igual que ciertos metales y las piedras que contienen en sí, fuego y humedad, puesto a que nacen a partir del fuego y del agua son útiles para el hombre. En cambio, hay otras piedras que nacen de cosas inútiles, con las cuales se pueden hacer según su naturaleza y con permiso de Dios, cosas buenas y malas.
En «Causae et curae«, santa Hildegarda nos habla desde la Creación y todo cuanto fue creado, sus influencias en el hombre, así como también, de las malas conductas humanas que afectan y alteran el funcionamiento de la naturaleza. Describe las causas de las enfermedades y sus afecciones de acuerdo a los distintos temperamentos. Del mismo modo, plantea diferentes remedios para estas enfermedades y contrasta los signos de vida o muerte que muestran sus ojos y demás funciones que orientan a su posible o no curación. Ésta medicina descrita por Dios, cura al hombre si solo es Su voluntad. Santa Hildegarda nos habla sobre los elementos que: “Los elementos beben cada una de las cualidades del hombre, cuando el hombre los atrae hacia sí, ya que el hombre está con ellos y ellos con el hombre, y según esto inunda la sangre del hombre. Por lo que también se ha escrito (Cf.Jer.4 :28: El cielo y la tierra lloran por el hombre) puesto que las guerras sin tregua a menudo alteran los elementos, porque los elementos alteran sus brisas según las acciones de los hombres ….’’ (CC 39).
Entre 1158-1163 redacta «Liber Vitae Meritorum« o libro de los Méritos de la vida, el cual trata sobre como es posible evitar o reducir castigos futuros mediante penitencias y correcciones en esta vida. Como benedictina y bajo la regla de san Benito, describe el salvoconducto para evitar los peligros y seducciones que el cristiano debe evitar para no apartarse de su camino, que es el conocimiento, la salvación y encuentro con Dios. Mediante la confrontación entre vicios y virtudes, puntualiza la batalla a la que esta sometido el hombre, sus tendencias erráticas de graves consecuencias que tiene que sortear durante su existencia. A modo de tratado de psicología desde el punto de vista divino, auxilia al hombre en su debilidad y libertad, que cae en las insidias del demonio y desobedece a Dios. Pero Él, no renuncia a su obra, y le envía Su ayuda en recobrar su dignidad de hijo, para devolverle a la casa celestial y a una magnificencia mayor que ninguna lengua humana puede explicar.
Desde aproximadamente 1163 hasta su muerte desarrolla «Liber Divinorum Operum Simplici Hominis» o el Libro de las Obras Divinas para los hombres sencillos. Esta obra teológica plantea la armonía entre el cosmos y el ser humano. Mediante el conjunto de diez visiones Hildegarda de Bingen, desarrolla y concentra la omnipotencia, sabiduría y bondad de Dios en la unidad de sus obras. La Creación es una sola, no dos partes, una física y la otra sobrenatural, producto de nuestra limitación humana en la percepción por los sentidos. Nuestra Doctora santa Hildegarda describe y relaciona entre sí, la doctrina católica, la creación, los elementos del universo, el alma, los órganos y las funciones del cuerpo humano, así como la salvación del hombre, porque todo esta integrado en el mismo todo armónico.
Las Obras Musicales ascienden a 77 cantos, de los cuales su obra mas célebre es el llamado, Juego de las Virtudes, “Ordo Virtutum”, que expone en escena las tensiones del alma entre el demonio y las virtudes. Otras obras litúrgicas exponen como singular, La sinfonía de la armonía de las revelaciones celestiales “Symphonia Armonie Celestium Revelationum”. Para nuestra mística Abadesa, la música es la forma más elevada de la actividad humana, como ella declara “espejo de la armonía de las esferas celestiales y de los coros angélicos”.
En sus composiciones aporta fórmulas personales, un nuevo sentido de la vocalidad y hace así, de sus obras, auténticas visiones de la música. Los motivos vuelven sin cesar, pero en perpetua mutación, nunca fijos, envolviendo al oyente en su fluidez y fuerza.
Por otro lado, además de su extenso trabajo, encontramos obras como: Vida de san Ruperto – Vida de san Visibodo – Explicación de la Regla de san Benito – Explicación del símbolo de san Atanasio – Lengua Ignota (que es una lengua desconocida con traducción latina) – Tratado del Sacramento del Altar, 58 homilías sobre el Evangelio – Más de 400 cartas, no todas publicadas y demás obras.
** FOTOS DE ALGUNAS VISIONES Y DE LA LENGUA IGNOTA **
Lectura recomendada
Desde Doctora santa Hildegarda, agradecemos la labor, excelencia y generosidad de la Asociación Hildegardiana que mediante su página web, ponen al servicio de la lengua hispanohablante (lengua más hablada en todo el mundo como lengua nativa) el conocimiento sobre el legado de Hildegarda de Bingen. Si se quiere profundizar, invitamos al lector a dirigirse a: www.hildegardiana.es
Libros de interés:
- Hildegarda de Bingen, Libro de las Obras Divinas (Editorial HERDER)
- Hildegarda de Bingen, Profetiza y doctora para el tercer Milenio (Editorial EDIBESA)
- Libro de Medicina Sencilla, PHYSICA (Editorial AKRON)
- San Bernardo, el medioevo en su plenitud (Editorial EDIBESA)
- El Canto Gregoriano (Solesmes)